Con el paso del tiempo, me he hecho más tolerante con las pequeñas y medianas debilidades que tenemos las personas. No sé si la diferencia con cuando era más joven estriba en que entonces pensaba que se podría conseguir al hombre perfecto. El que a todos nos gustaría que fueran nuestros semejantes y nosotros mismos.
Es natural que mi ingenuidad supliera mi absoluto desconocimiento de la naturaleza humana.