la cosa está malamente

la cosa está malamente

20 abril 2023

Por qué dejé de escribir dos años

Si estas leyendo esto, lo más probable es que seas un familiar o amigo mío, y por tanto, ya lo sabes.

Hace casi dos años, le fue detectado un cáncer a mi hija, y creo que aun no estoy listo para hablar de ello, de verdad. 

Empiezo diciendo que, a día de hoy, estamos relativamente bien, ya que después de un inmenso calvario de dos años, hace seis meses que terminó su tratamiento y todas las pruebas hechas hasta el momento han sido positivas, no reflejan rastro de enfermedad.

Eso no evita que siga con un terror absoluto a que pueda volver a manifestarse.

La razón por la que dejé de escribir, no solo está en que me faltó tiempo o ganas para hacerlo. También fue la sensación de que todo lo demás me parecía una tontería. Todo lo demás era insustancial, o simplemente, me daba igual.

Esta enfermedad llegó a muestras vidas y desalojó todo lo demás de nuestras mentes. Simplemente, no había nada más a lo que pudiera prestar atención o dedicar tiempo.

Sobre si esta experiencia dejó algo positivo, diría que solo tres cosas: la más importante, que me ha hecho más pasota. Todo me da más igual, o no pienso que sea tan grave o importante. 

He sido consciente de que muchas cosas que nos ocupan tiempo, energía o desasosiego, en realidad son tonterías. Ser más selectivo en mis preocupaciones seria la primera enseñanza. 

La segunda cosa, es que tiendo a simplificarlo todo. Habiendo algo que ocupa el 99% de mis pensamientos, no hay espacio para mucho más, y te das cuanta de que se vive mejor con menos cosas en la cabeza.

La tercera surge de que me da pánico pensar en el futuro, así que me concentro más en el presente y deleito más de cada buen momento. Lo saboreo más.

Así disfruto, o el menos lo intento, mucho más cuando hago lo deberes con mis hijos por ejemplo, o camino con mi esposa o estoy haciendo cosas en el campo.

Las buenas noticias médicas han hecho que empiece a volver a dejar espacio en mi cabeza para tonterías, a recuperar mucho de normalidad, y por ejemplo, para escribir, como el caso de esta entrada y otras más que se me vayan ocurriendo.

Son, para mí, enseñanzas notables las descritas anteriormente. Pero que no lleve a engaño a nadie. No vale la pena en absoluto vivir una experiencia así. Y sé a ciencia cierta que no me he recuperado  de ello y no sé si lo haré algún día.

Hubiera sido un millón de veces mejor no haber tenido enseñanza alguna y  seguir en mi mundo de problemas triviales.

He visto cosas que ningún padre o madre debe ver, oído cosas que ningún padre o madre debe oír, y vivido cosas que nadie merece.

Y peor aún ha sido para mi hijo, mi esposa, y por supuesto, para mi niña. 

Aún no sé qué tal saldremos todos de ésta. Solo espero que el tiempo, y la sucesión de resultados positivos, vayan disipando miedos y aportando calma.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecería mucho que hicieras comentarios con toda libertad. Me encantaría aprender de otros puntos de vista.