la cosa está malamente

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19 noviembre 2016

Rebeldía juvenil


El otro día estaba viendo la tele, y en ella, un joven de pelo verde y carta pintada de blanco, afirmaba: 'lo que me diga la sociedad, pues yo hago lo opuesto". Me imagino si tuviera una charla con él, y lo que puede pensar de un tipo como yo.

Pensará de mi que soy un vejestorio que quizá siempre fue un alienado que seguía las consignas "oficiales". O puede que no, que algún día fui también un joven rebelde que se negaba a aceptar "el sistema", pero que en algún momento claudicó. 

Si me ve, ¿que sentimientos le provocaré yo?, ¿respeto?, ¿nada en particular?, ¿asco?, ¿pena?, o seguramente, indiferencia. Todo por ser uno más de "la masa". No sé. Sin embargo, a mi verle a él me produce ternura.

Sí que aparentemente hay algo de fríbolo en su actitud, por la importancia concedida a la estética, pero entiendo que es una llamada, un ¡Eh, mírenme!, ¡existo y soy diferente!.

Le veo y pienso en mí cuando tenía su edad. Aunque yo, en realidad, no iba de nada. Sobre todo por una cuestión de presupuesto. ¡Hasta en eso han cambiado las cosas!.

Ahora los jóvenes suelen tener algo de dinero en los bolsillos para sus cosas. Un móvil, algo para tomar una copa, para comprarse tinte para el pelo. El ordenador. Cosas.



Cuando yo era adolescente, si había suerte salíamos con 200 pesetas (1,20€), que gastaba en unas partidas al futbolín. Pero eso era sólo ocasionalmente. Las más de las veces nos íbamos a las ramblas, donde nos encontrábamos a otros muchachos del barrio y nos pasábamos horas sentados en los bancos hablando, (en ocasiones compartíamos un paquete de pipas). 

Me iba el rollo "heavy". Pero como los chicos de entonces no teníamos un duro, no podía seguir esa estética, (bueno, y si soy franco, también tenía un absoluto desinterés por el vestir o seguir cualquier moda). Así que sólo me dejé el pelo largo, que eso no cuesta nada.

En realidad no me cuestionaba eso del "sistema". Mis ideas eran bastante simples en ese sentido. Me decía de izquierdas porque sabía que eso era guay, y porque era como decir que eras buena persona. Pero en honor a la verdad, no tenía ni idea de política.

Tampoco es que supiera gran cosa de cómo funciona la sociedad, y ni mucho menos, tenía idea de como es la vida de difícil en realidad, ni de lo que puede haber en el alma humana. No sabía nada de los condicionantes, de las frustraciones, de las preocupaciones, de las alegrías, de las intenciones, deseos, posibilidades, ansias, mezquindades y grandezas. Como digo, no sabía nada de la condición humana.

En mi extrema juventud, las cosas parecían mucho más simples: los buenos, los malos, los que siguen el redil, los que somos diferentes; y cómo conseguir que mi madre me dejara llegar más tarde.

Nunca fui un tipo arrogante, pero en aquella época, llevado por mi candidez y desconocimiento, era capaz de dar la solución a los problemas del mundo con un par de frases.

Apenas pensaba en unas pocas cosas: las clases, las chicas (o la ausencia de éstas), el deporte, dos o tres frases de política, el Rock & Roll, y buscar la manera de reírme todo lo que pudiera.

Resultado de imagen de gente rara¿Qué me pasó?. No lo he pensado bien. Me imagino que a medida que pasan los años, la cabeza se va llenando de otras cosas. Todo se va complicando, vas asumiendo responsabilidades y cada vez haces menos cosas por que te apetece y más porque tienes que hacerlas.

Para ser justos, en realidad, también los más jóvenes tienen más tiempo y oportunidades para ser como son, pues no han de pagar hipotecas, ni preocuparse por la educación de los hijos que no tienen. Muchos ni siquiera se hacen la cama porque mamá se a hace.

No es que ahora sea peor necesariamente, pero si he de elegir, siempre elegiré la juventud. Pues sonrío al recordar ese tiempo en que todo estaba por venir, que era todo potencialidad, que creía que todo se podía hacer, y no tenía prisa, porque el futuro era algo demasiado lejano para que me preocupara por él. 

Y así veo a un muchacho como el que les describo, le veo pensando que cree saber todo lo que se necesita saber, que lo que hoy tiene en su cabeza es lo más importante, y que no va a cambiar en nada porque tiene mucha personalidad y las ideas claras, y sólo puedo enternecerme.

Pienso en ellos como en niños y lo que me salta a la mente es: "ojala que puedan seguir siendo niños todo lo que puedan".





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