la cosa está malamente

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28 junio 2018

Pensamientos viajeros


Cuando voy en la guagua (bus), en ocasiones me pongo a fantasear, y me imagino que por alguna extraña circunstancia, como si de un avión o barco se tratase, embarranca en la playa de una isla desierta.

Obviamente, no tenemos ninguna posibilidad de comunicación con el exterior.


A partir de ese momento, todos lo pasajeros, absolutos desconocidos, nos encontramos con que hemos de enfrentarnos a la nueva situación con lo que llevemos en ese momento.

Lo primero que ocurriría sería un buen rato de confusión e incredulidad. Posteriormente, la sacudida emocional de encontrarnos lejos de nuestros allegados y forma de vida, para posteriormente enfrentarnos al miedo de como sobrevivir a la nueva situación.
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Una vez pasemos los primeras reacciones más o menos histéricas o calmadas de cada cual, deberíamos, más pronto que tarde, darnos cuenta de que hemos de formar una micro sociedad.

Instintivamente me pongo a mirar cuántas personas debemos ser. Cuántos hombres, cuántas mujeres, sus edades y aspecto. Supongo que estoy tratando de hacerme una composición de cuántos formaríamos la "población activa", y cuántos serían la "población a mantener" y lo que aparentemente, podría aportar cada cual al esfuerzo colectivo.

Como decía, hemos de formar una sociedad, y como tal, debemos organizarnos.

Es en ese momento cuando empieza a verse la personalidad de cada uno. Algunos empiezan a hablar y a proponer cosas:

-"Deberíamos hacer un grupo que explorara la isla a ver qué recursos tiene". 
-"Algunos deberíamos empezar a pescar". 
-"Tendríamos que vaciar los bolsillos a ver qué tenemos".

También empezaría a haber disensiones y discusiones:
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-"No me parece bien que digas esto o aquello..."
-"Yo no tengo porqué compartir mis cosas"
-¿"Quién eres tú para decidir lo que debemos hacer?"

Otros se callarían y escucharían esperando a ver quién hace la propuesta, a su juicio, más acertada.

Seguramente, seríamos la mayoría los que propusiéramos votar para las decisiones principales.

Pero eso serían los momentos iniciales. ¿Qué pasará cuando empiecen a haber problemas?

Imagen relacionadaSi contamos con la suerte de disponer de agua tendremos que dedicarnos de inmediato a intentar cubrir el resto de necesidades más básicas: refugio y alimento. 

Aunque consiguiéramos hacer un refugio seguro que, al menos en principio, sería bastante precario, y la comida difícilmente iba a abundar.

Es obvio pensar que la adaptación a las nuevas circunstancias no serían fáciles. No todo el mundo tiene la misma capacidad de tolerancia a los problemas, a la escasez o a la incomodidad. Seguro que en breve surgirían los roces, las discusiones y los problemas. ¿Seríamos capaces de gestionarlo bien?

Con los problemas surgen los enfrentamientos. ¿Seríamos capaces de continuar con una organización democrática?, ¿se tornaría en una dictadura?, ¿todo derivaría en grupos enfrentados?, ¿habrá armonía o conflicto?

Sabemos que en un contexto así, rápidamente surgirían los líderes (para bien y para mal). Los momentos difíciles son los de los grandes hombres/mujeres. 

¿Quiénes serían los elegidos?, ¿los más fuertes?, ¿los conciliadores o los más guerreros?, ¿Qué lado del ser humano aflorará más vivamente?

Todos sabemos que es en los momentos extremos cuando sale lo mejor y peor de las personas. Habrá gestos de gran generosidad, pero también de mezquindad.

Imagen relacionada¿Y si hay alguien con una conducta gravemente antisocial? Si una persona roba comida, agrede a alguien, se niega a colaborar aprovechándose del trabajo ajeno, intenta abusar de otra compañera de destino...

En ausencia de policía o justicia, los más malos ven su oportunidad. ¿Tendríamos que confeccionar nuestras propias leyes?, nuestros "policías", "ejércitos", "jueces"?

¿Qué haríamos?, ¿Qué pena se impondría?, ¿destierro?, ¿confinamiento?, ¿algo más grave?

Los problemas surgen porque los recursos son limitados y los deseos/necesidades son ilimitados. Cualquier elemento que consideremos importante puede ser fuente de conflicto entre grupos: el agua potable, las mejores tierras, las herramientas, hasta el ratio de hombres/mujeres, o el uso de los objetos que tuviéramos.

(¿No es todo esto, al fin y al cabo, una representación de lo que ha ocurrido y ocurre en nuestro loco mundo?)

Pero también podría ser una oportunidad para empezar de cero y crear una sociedad nueva en la en todos se apoyaran y reinara la colaboración y el afecto.

Puede que con el tiempo llegáramos a alguna situación estable. Grupos en tensión más o menos grave. Una dictadura. Una democracia más o menos perfecta. Una feliz convivencia entre todos... ¡Quién sabe!

Bueno, ya he llegado a mi parada. La próxima vez, comenzará la misma aventura con otras personas. ¡En algo me tengo que entretener!






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