la cosa está malamente

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13 octubre 2018

Mi abuela

Imagen relacionadaRecuerdo que cuando mi abuela falleció, yo era un jovenzuelo de 19 años.

Mi abuela nació en 1898. Era un período de regencia de María Cristina de Habsburgo, período de elecciones generales, de la guerra con EEUU y de la famosa generación del 98.

Después vendría Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera, Dámaso Berenguer, la 2ª República,  el Franquismo, y la restauración democrática. Ella falleció en la época de Felipe González, si no recuerdo mal.
Respecto a la política, había una cosa que ella decía que me chocaba mucho: "mi niño, yo he visto mucho, y como Franco, ninguno".

Resultado de imagen de 1898 españaYo era tan joven que tenía la osadía propia de la edad y pensaba "la abuela no se entera".

Ahora soy más prudente.

Independientemente de que cada cual puede tener diferentes opiniones, ella vivió sus experiencias. Conoció cosas que yo no conocí, y desconocía otras cosas que solo el tiempo fue descubriendo.

¡Quién soy yo para decirle que no, que no tiene razones para pensar como piensa!

Yo nací setenta años después. Desde que tengo uso de razón he vivido en democracia. Obviamente, no quiero para mí ni para nadie un gobierno como el que sostuvo el dictador. Pero yo he vivido otras cosas, he tenido otras experiencias y  tenido otras referencias.

Resultado de imagen de 1920Ésta introducción no era para hablar de política, sino para decir que yo no puedo pensar en todo igual que mis mayores,  y que mis hijos,  que son también seres que están viviendo sus propias experiencias, por lógica, irán construyendo sus propios puntos de vista en cada tema.

Para mí, Tejina es el pueblo de mi padre, donde yo iba con frecuencia de niño. Pero para mis hijos sólo es una palabra que me han oído nombrar. Para ellos no puede significar lo mismo que para mí.

Imagen relacionadaComo cuando oigo a mi madre hablar con cariño de su padre, (al que yo no conocí). Es porque a su recuerdo puede asociar unas emociones, que sólo en parte, y básicamente, por el efecto que provoca en ella, me puede transmitir a mí.

Esto es una vez más, una forma de decir que me cuesta mucho juzgar a los demás, especialmente por cosas que se corresponden con hechos que son muy distantes a mí en el espacio o en el tiempo.

Y también es una forma de decir que todo lo que opinamos o sentimos termina diluyéndose en el tiempo. Lo bueno y lo malo. Sería absurdo tratar de retenerlo, y más absurdo sería pretender que los que nos siguen hereden nuestras opiniones y emociones. Incluso las más bellas.


  


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