la cosa está malamente

la cosa está malamente

13 diciembre 2018

A un par de metros bajo tierra

Imagen relacionadaEs curioso cómo ocultamos en nuestra sociedad a la muerte. Y como le damos un carácter lúgubre y oscuro.

Decía el escritor Pérez Reverte que había dos tipos de personas. Las que saben que van a morir y las que no. Yo estoy seguro de que me tocará. Y en el momento que escribo, no me parece tan trágico.

Sé que el simple hecho de escribir sobre la muerte puede parecer preocupante. No, no tengo intención de morirme hasta que sea muy anciano. Pretendo seguir pululando por este planeta todo el tiempo que pueda. Solo que me he puesto a meditar sobre este concepto, por otra parte, tan natural.

Yo me imagino que lo que inquieta especialmente a la humanidad, es la incertidumbre. Como nadie que lleve más de 20 minutos fallecido ha vuelto para contarnos qué pasa, ese desconocimiento nos empuja a elucubrar todo tipo de cosas.

La verdad, es que si uno lo piensa, resulta bastante absurdo preocuparse en exceso. Decía Epicuro que "la muerte es una quimera, pues cuando yo estoy, ella no está; y cuando ella está, yo no".

En cualquier caso, nos llegará el momento, igual que les llegó a todos los que nos precedieron. Ellos también tuvieron una vida plena de sensaciones y emociones. Y seguramente vivieron la mayor parte del tiempo sin pensar en su día final. Como nosotros. Podremos quizá retrasarla, pero no evitarla, así que relajémonos.

Como decía, es el no saber lo que nos lleva a todo tipo de teorías.

Mi amigo, Billy "el niño"
Las diversas religiones suelen coincidir en que después del fallecimiento habrá algún tipo de juicio, en el que se determinará para el fenecido algún destino más o menos agradable en función de las obras acumuladas en vida.

Es cierto que los méritos y deméritos de cada religión y época son muy variados. Probablemente, ser un gran guerrero resultaría positivo a los ojos de Marte, pero no sería bueno a los del Dios de los Testigos de Jehová.

En fin, que las promesas de recompensa o castigo debería ser tan variadas como las cambiantes virtudes o defectos a lo largo del tiempo y en los diferentes lugares.

Es normal que llegado el momento de encarar el final nos asalte la duda de si realmente seremos merecedores de un premio o de un castigo. Desde luego, no es un perspectiva tranquilizadora.

Como me contaba mi amigo Nico, un médico amigo suyo le contaba que, en contra de lo que pudiera pensarse, la gente más religiosa solía tener un final más angustioso que los no creyentes, precisamente, por esos miedos finales.

Resultado de imagen de cuidados paliativosYo no quiero convencer a nadie de nada, y menos aún en un tema tan íntimo como el de la fe, pero por eliminar cualquier rastro de duda acerca de mi falta de cordura, les expondré mi parecer.

Como ya he dicho en otra ocasión, últimamente me ha dado por pensar que en realidad, somos solamente una especie de "robots biológicos". Digamos que somos "cosas", mecanismos.

Eso sí, con un software bastante avanzado que nos permite ir perfeccionando nuestra maestría cada vez que nos enfrentamos a los millones de árboles de decisión cotidianos. 

Pues eso, tiramos de memoria, establecemos las conexiones neuronales etc, y "aprendemos". Parte de ese aprendizaje se quedará en el "disco duro" de nuestros genes y lo iremos pasando a los demás "robotitos" que nos seguirán.

Dicho esto. Si somos cosas, nadie se pregunta a dónde van las máquinas cuando se estropean. ¿Qué pasa cuando un coche se vuelve inservible?, pues va al vertedero (👎), o  va al desguace (👍), pero nadie se plantea si hay un "cielo de coches".

Pues por ahí van mis pensamientos últimamente. No es que sea la idea que más me agrada, la verdad, pero no puedo evitar pensar que es la más probable.

Lápida de Jesse James
Aunque curiosamente, esta forma de entender la vida me da paz a la hora de pensar en mi muerte. No espero nada. Ni bueno ni malo. Nada.

Otra cosa que ya he dicho, es que tampoco hay que magnificar las cosas. Mi desaparición no tendrá ninguna importancia relativa. Es como cuando se seca un hierba tras unos días sin lluvia.

Si lo vemos en conjunto. De todo lo que existe. No es ni una minúscula anécdota.

Entiendo que sí tendrá una relevancia para los que me estiman, como la tiene para mí la desaparición de mis allegados. Estas cosas son muy importantes a nuestro nivel, pero irrelevantes para el universo. Eso también me tranquiliza.

Otra cosa es que mi afición por la estética decimonónica hace que la imagen de yacer en un cementerio húmedo cubierto de vegetación y bruma (sonando música de violonchelo de fondo), pues me parece bonita.

Imagen relacionadaImagen que ha de estropear mi chaladura, pues soy clustrofóbico, y estar metido en una caja en algún agujero es lo que realmente me produce inquietud con respecto a lo de estirar la pata. Es absurdo, lo sé, porque en ese momento no me enteraré de nada. Preferiría que me dejaran tirado en algún lugar desértico y que la naturaleza haga su trabajo, (aunque entiendo que no sea una imagen bonita de imaginar).

Pero más allá de mi problema con los espacios cerrados, insisto que no esperar nada tras mi fin, y pensar que en realidad, no tiene importancia, me da tranquilidad.

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