la cosa está malamente

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01 octubre 2019

Especismo de conveniencia

Resultado de imagen de niño con perroAunque es un hecho que las personas somos animales, desde siempre, el ser humano se ha considerado a sí mismo como el más importante de los que pueblan el planeta.

¿Cómo legitimamos esa condición diferente?
Normalmente lo enfocamos desde dos puntos de vista. Uno religioso y otro racional.


En cuanto al religioso, nos viene de muy antiguo que la divinidad nos considere diferentes al resto de los seres vivos, incluso nos anima a disponer de los demás. 

Resultado de imagen de dios hombreEn mi opinión, esto no sale de la nada, sino que seguramente, esa “decisión divina" únicamente viene a dar un barniz sagrado a lo que ya nos considerábamos nosotros previamente: especiales.

En este blog no tengo intención de discutir con nadie temas relacionados con algo tan íntimo como la fe, y por ello no muestro más que respeto por quienes se identifiquen con este punto de vista, pues las cuestiones de fe, por definición, entran en el terreno de lo que no es explicable.

Si hablamos del enfoque racional, se suele utilizar la inteligencia como la causa por la que los humanos nos ponemos por encima del resto de los animales.

Pero esto me parece un argumento aún más endeble, si cabe. Y voy a poner algunos ejemplos escandalosos.

Un perro según diversos estudios tiene una inteligencia equivalente a la de un niño de 2-3 años, y es consciente de sí mismo (en este caso no se reconoce mirándose al espejo, sino a través del olor, que es un sentido en el que pueden confiar tanto como nosotros en la vista).

Si fuera por inteligencia, deberíamos dar un estatus superior, a un perro que a un niño de un año (incluyendo los derechos que conlleva).

También se podría decir que una persona con un retraso profundo estaría por debajo de muchos simios.

¿Porqué no lo pensamos así?, ¿porqué en todo momento y circunstancia pensamos que somos "más" que los demás animales?

De todas  maneras, yo creo que  ambos argumentos terminan convergiendo en eso que llamamos "la costumbre". Se trata de algo que tenemos tan interiorizado en nosotros que nos escandaliza siquiera plantear que estamos a la misma altura de un escarabajo para eso que llamamos “naturaleza” o “existencia”, “cosmos”, o lo que te apetezca decir.

Sin embargo, en realidad, no existe una regla de la naturaleza que nos otorgue una condición diferente, ya que la naturaleza no tiene ley ni moral.

Si un león se come a una persona, no se contradice nada del orden natural. Para la naturaleza es igual de normal que fallezca yo o un geranio.

Eso de que los humanos somos especiales, que tenemos más valor que los demás seres vivos, es un título que, o nos da Dios, o nos autoconcedemos, según el enfoque.

Resultado de imagen de podemos juzgar el corazón de una persona kantComo humano que soy, es algo que me conviene, y seguramente la razón última de porqué lo hacemos está en eso que llamamos “instinto de conservación”. Nos consideramos “más”, para protegernos como especie. Es inteligente.

También nos conviene sacralizar la vida humana, no solo para tomar especiales precauciones para protegernos de cualquier peligro potencial que nos afecte, sino sobre todo, para protegernos de nosotros mismos.

Que coloquemos a la vida humana por encima de todo, es lo que hace que el asesinato sea el peor crimen, y de ahí las leyes que nos amparan.

Por tanto, entendería que soy un "especista de conveniencia". No es porque me considere más que otro ser vivo, porque, racionalmente, sé que no es cierto, si no porque entiendo que nos conviene.

Yo veo y que si nos acogemos a la razón, solo somos unos animales como los demás, y por tanto, unos iguales (con nuestras diferencias biológicas).

Y si no pensamos así, sea cual sea la razón por la que otorgamos un estatus privilegiado a los humanos (o no lo hagamos), saber que somos unos más, debería hacernos más humilles y respetuosos con el resto de seres vivos. 

Es más. Hasta dónde yo sé, lo normal es que todo tenga un haz y un envés. Si nos damos derechos sobre los animales, debemos darnos deberes para con ellos. Y si pensamos que la ética nos diferencia de las demás especies, demostrémoslo tratándoles con ética.



¿Seguro que somos diferentes? 



3 comentarios:

  1. Pasaba por aquí por casualidad10 de febrero de 2021, 3:53

    "Un perro según diversos estudios tiene una inteligencia equivalente a la de un niño de 2-3 años, y es consciente de sí mismo (en este caso no se reconoce mirándose al espejo..."

    Lo de que "un estudio de la Universidá de Mascachuches demuestra de que..." no vale. Ha de haber consenso. Además, puesto que la inteligencia animal no se puede comparar con la humana porque no sabemos cómo piensan los animales ni lo sabremos nunca, esas afirmaciones son paparruchas como cuando se ponen a calcular el CI de muertos como Einstein, Bach, Cervantes, etc.
    En segundo lugar, los más inteligentes tienen conciencia de sí mismos, pero la mayoría, no. ¿Por qué persiguen su propia cola? Porque la mayoría de las razas no la reconocen como parte de su propio cuerpo hasta que la enganchan y el sentido del tacto se lo confirma. Además, claro que se reconocen en el espejo auqnue tardan, su vista no es muy buena pero tampoco son cegatos. Apañados estaríamos si nuestros perros siguieran sin reconocerse en el espejo y montase cada día las grescas que montaban cuando cachorros...
    De hecho,hay una prueba "de inteligencia" que consiste en pintarles una marca en la frente con algo bien visible: lapiz de labios, maquillaje, lapiz de ojos... Algo que no les produzca molestia, que tengan que reconocer mediante la vista. Si intentan limpiarse la marca con la pata o restrgándose contra algo, es que el perro sabe quién es el del espejo y que esa mancha no debería estar ahí porque no es parte de sí mismo. Vamos, lo que nos pasa a los humanos cuando vemos que tenemos algo raro en alguna parte de nuestro cuerpo.
    Pero lo más importante es que un niño no es un hombre (había una cultura antigua que no consideraba a los niños personas siquiera hasta los 3 años, si la memoria no me falla), es un "proyecto" de hombre, una promesa de hombre, o, diciéndolo por Aristóteles, es un hombre en potencia, pero no en acto. Un perro es un perro y nunca será otra cosa que un perro, así que no, un perro no puede tener un estatus superior a un niño aunque éste tenga 3 semanas y la inteligencia de un mejillón.

    Sobre los retrasados, me parece exagerada la comparación. Admito que no sé gran cosa del tema, pero creo que ningún deficiente mental es tan deficiente como para equipararse a un chimpancé, salvo los que prácticamente han nacido sin cerebro y son casi vegetales, pero esas personas no suelen sobrevivir mucho.
    Un subnormal "estándard" sabe hablar, como un niño de 7 u 8 años, pero sabe hablar, cosa que un chimpacé nunca ha hecho hasta la fecha, y no me refiero a emitir fonemas, que eso es una cuestión fisiológica, sino a articular frases variadas y de cierta longitud y complejidad aunque sea con tarjetas con figuras.
    Las habilidades lingüísticas, o sea, intelectuales, de los chimpancés son mucho más atrasadas que las de cualquier persona con síndrome de Down. Obviamente, un animal tan débil como el humano, necesita para sobrevivir de una inteligencia mayor que la de un retrasado, por eso un Down en la naturaleza moriría y un chimpancé no, pese a ser menos inteligente, porque éste tiene las capacidades físicas que le permiten no necesitar una inteligencia mayor para encontrar alimento, aparearse, criar, socializar en la manada,etc, el humano, no.

    Pero vamos, que yo creo que la cosa es mucho más sencilla: nos consideramos más importantes porque lo somos, para nosotros. Percibimos el mundo a través de nosotros, no de un pez o un rinoceronte, igual que un lobo o un pingüino saben que los lobos y pingüinos de su manada son lo más importante.
    Ya está. No hay que buscar tres pies al gato: todo individuo se considera el más iportante porque gracias a eso sobrevive y se reproduce; y si ese individuo es de naturaleza gregaria, su comunidad será la más importante. Si además es de una especie con más capacidad de empatizar que otras, que la desgracia ajena la siente un poco como propia, considerará a otros individuos de su misma especie un poco como "su gente" y más importante que individuos de otras especies.

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    1. Pasaba por aquí por casualidad10 de febrero de 2021, 4:00

      Las escalas de valores son subjetivas, sí. La naturaleza es especista. No hay más.

      Y lo de los deberes... No. Un soberano no tiene deberes (por eso los reyes actuales no son soberanos, son simples funcionarios muy bien pagados y con muchos privilegios, pero que tienen que medir muy bien sus pasos no sea que la sociedad acabe hartándose y mandándolos a la cola del paro. ¿Alguien se imagina a un soberano de verdad, a Felipe II o a Ajenatón pidiendo perdón? El que domina es señor (de ahí el verbo, de "dominus", "señor"), no el subalterno, el inferior jerárquico. Sólo el que tiene poder sobre nosotros puede imponernos deberes, y ningún animal lo tiene, a nivel de especie, me refiero; antaño sí, por eso había deidades animales y los hombres les ofrecían sacrificios y les rendían culto, pero ahora la sola idea suena ridícula.
      El hombre ha llegado a ser el soberano del mundo, por tanto no tiene ningún deber hacia los animales, el deber es vasallaje. Que quiera tenerlos es algo individual, y no se basa en otro idealismo que el de la humanización de los animales, pero si nos hemos atribuido la potestad de dar vida (bueno, esto suena casi demiúrgico, me refiero a criar, cruzar, crear razas y, desde la ingeniería genética, hasta especies) o quitarla a otros seres vivos está claro que no tenemos ningún deber hacia ningún ser vivo. ¿Acaso un león tiene algún deber hacia las gacelas? ¿Cuál de ellas se lo podría exigir?
      Eso de que con los derechos van aparejados los deberes es una ñoñería que más parece "filosofía" de Internet o "sabiduría" de bestseller, tipo Paulo Coelho, que razonamiento serio.


      Saludos.

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    2. Muchas gracias por tu aportación. Me ha gustado mucho.
      Si me lo permites, haré algunas observaciones sobre lo que comentas. Ten en cuenta que lo que estoy tratando es de borrar los límites mentales que nos ponemos al tratar este tema, y jugar con las lindes morales que nos hemos puesto y a las que hacemos caso como si fueran obvias.

      Mi planteamiento básico es que nuestra relación con los animales se basa en dos aspectos. Uno que apuntas es el del poder. Somos "más importantes", no porque haya una ley natural que lo decida, (más allá de la ley de la fuerza). Lo somos porque nosotros lo decidimos y tenemos el poder para otorgárnoslo. Con solo esa premisa, podríamos hacer lo que queramos con los animales y el planeta entero. Porque podemos. (Otra cosa es que algunas decisiones derivadas de esto no sean nada sensatas).

      La otra visión es desde la ética, y la ética es una construcción meramente humana.

      Con la Ética regulamos nuestra conducta, incluso más allá de si es lógica o no.
      Con las relaciones de poder que comentabas, ¿porqué no también aplicarla entre los humanos? No es contrario ni a la lógica ni a la naturaleza (que no tiene moral).
      Esto quiere decir, que la ética es totalmente subjetiva. La que aplicamos con los humanos y también con los animales.
      Es por ello que si consideramos positivo tratar bien a las demás personas y les otorgamos derechos por el mero hecho de existir, ¿Qué impide que lo hagamos con los animales?, ¿es mejor o peor? La respuesta solo puede ser relativa y subjetiva como se deriva de toda construcción humana, y por tanto debatible. Pero desde mi subjetividad y mi opinión, nos haría mejores evitar, en la medida de lo posible, el dolor, el miedo y la angustia a todo ser capaz de sentirlos, y eso incluye al resto de animales.

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