Fuego amigo

Uno de los campos actuales de debate en el que se está generando más contoversia en la actualidad, es en uno que ha vuelto a estar moda: el feminismo. 

Para empezar, habría que ponerse de cuerdo en definir este concepto más allá de lo que diga la RAE, ya que hay muchísima gente que llama feminismo a su propia interpretación del término. Y como sabemos, las interpretaciones son tan variadas como las personas.

Así pues, con los mismos principios, yo seré feminista según algunos y lo contrario según otros.

En el caso de esta entrada, Quiero hablar de algunas interpretaciones, a mi juicio, no adecuadas de lo que debe ser el feminismo. Y no estoy hablando de planteamientos radicales, ¡que por supuesto!, sino de algunos supuestamente moderados y plenamente aceptados en la actualidad.

Lo explicaré con un ejemplo:

Surge una corriente de pensamiento en contra de la exagerada preeminencia de los papeles masculinos en el cine. Básicamente se sostiene que las mujeres han tenido siempre un papel decorativo, y que va siendo hora de que la mujer tenga papeles protagonistas.

Yo discutiría un poco estas afirmaciones. Eso sí, en el caso del cine consumible de entretenimiento-acción-nohacefaltacomersemucholacabeza, yo diría que la afirmación es correcta.

Si hablamos de buen cine, no estoy tan de acuerdo, salvo que pensemos que Lauren Bacall, Ingrid Bergman, Katherine Hepburn o Bette Davis, por irnos al cine clásico, o  Nicole Kidman, Anne Hathaway o Michelle Pfeifer, en la actualidad, no consiguen papeles relevantes.

Lo curioso es que al tratar de corregir esta "injusticia", y desde una perspectiva supuestamente feminista, se están produciendo cada vez más, películas en las que la mujer tiene un papel más activo... copiando los roles de los protagonistas masculinos. Esto es, irreflexivas, fuertes, violentas, engreidas, y que a menudo, humillan y utilizan a los hombres.

Es decir, no solo asumiendo los defectos que achacan a los hombres, sino incluso en ocasiones, yendo más allá de ésto, a los tópicos masculinos. A todos nos "duele" si en una película un hombre humilla a una mujer, pero si es a la inversa, se trata de un gesto de afirmación, (o incluso de "justa venganza" hacia el género masculino).

Este ejemplo se puede trasladar al mundo de la empresa, donde se insta a la mujer a que sea ambiciosa, incluso por encima de su familia, que sea "agresiva", se suele decir.

Dicho de otra manera. Para este tipo de pensamiento "feminista", el empoderar a la mujer significa dotarla de características que tradicionalmente se han considerado masculinas, incluyendo sus defectos.

Es curioso, porque si vamos a la literatura escrita por mujeres, vemos que normalmente, el enfoque es diferente. Las mujeres protagonistas de esas novelas, no renuncian a sus intereses, formas de pensar y características.

¡Incluso hay un porno para mujeres!

Otro ejemplo llamativo es la ocurrencia del gobierno de subvencionar las carreras técnicas porque la eligen pocas chicas, con el fin de ayudar a la paridad en esas profesiones.

Yo soy de los que piensan que todos los jóvenes deben tener la posibilidad de estudiar lo que desean. 

Con una medida así, lo que conseguirán es que algunas chicas estudien carreras técnicas, no por vocación, sino porque no se pueden permitir otra. 

Es más, eso significará también que habrá menos chicos que puedan estudiar según su vocación, porque habrá que reservar plazas universitarias en esas carreras técnicas, para chicas desmotivadas. 

(Tampoco parece que preocupe mucho la búsqueda de la paridad en carreras como enfermería o magisterio, predominantemente femenina, y si lo hicieran, se produciría el mismo efecto perverso).

Lo más triste es que el político venderá el aumento de la ratio femenina en esos estudios como un "éxito de las políticas igualitarias". No importa la realidad, ni lo que es mejor para cada cual. Lo importante es la estadística.

Se da la paradoja de que estos defensores de la mujer, de alguna manera, defiendan la deconstrucción de la mujer, (sus intereses y particularidades), para hacerla semejante al hombre, y reniegan de las características femeninas.

¿De verdad que eso es trabajar por la mujer?

No parecen compartir la idea de que los hombres y las mujeres solo somos iguales en dignidad, derechos y deberes, pero maravillosamente diferentes en lo demás.

Pero a mi juicio, parten además de un supuesto muy equivocado, y es el de pensar que las personas solo funcionamos por condicionamientos sociales, y que por tanto, los comportamientos femeninos "incorrectos", son necesariamente inducidos por la sociedad "heteropatriacal", y que por tanto, deben desterrarse. Eso es tanto como decir que no somos animales, ¡Y desde luego que lo somos¡

Efectivamente, muchas de las cosas que hacemos vienen dirigidas por nuestros genes. 

Obviamente, como somos los animales más inteligentes y además, seres sociales, gran parte de nuestras inclinaciones y deseos tienen ese tipo de influencias. Pero si damos por hecho que los demás animales se guían por instinto, y en mayor o menor medida por su voluntad y carácter propio, ¿cómo no vamos a tener nosotros una importante influencia genética?

¿Admitimos sin reparos que nuestros genes dictan que hombres y mujeres tengamos rasgos físicos diferentes y nos cuesta admitir que, por esa misma razón, tengamos rasgos psíquicos distintos?

Lógicamente no estoy hablando de niveles de inteligencia, pues hasta donde yo sé, los estudios que se han hecho al respecto indican que no hay diferencias apreciables. Pero es la misma ciencia la que habla de nuestras diferencias.

Por ejemplo, los varones suelen tener un poco mejor capacidad para las matemáticas y el cálculo de espacios, y las mujeres para las habilidades relacionadas con el lenguaje.

También la ciencia nos dice que los niños se suelen interesar por las cosas y las niñas por las personas. Por eso a los niños les gusta ver camiones y todo tipo de máquinas y las niñas tienen juegos más sociales.

(De pequeño, pocas cosas me podían fascinar más que ver un televisor o una radio por dentro).

No es extraño por tanto, que cuando voy a un instituto y me presento ante la rama de automoción, prácticamente todos los alumnos son chicos, y si voy a la rama sociosanitaria ocurre a la inversa.

Se trata de alumnos nacidos más allá del año 2.000, y la verdad, no los veo que se sientan muy coaccionados por la sociedad para elegir esas especialidades. (Y menos ésta generación mucho más acostumbrada que la mía a hacer su santa voluntad).

Entiendo que hay que romper tópicos para que toda persona busque su vocación e intereses, independientemente de si es más habitual de chicos o chicas, pero no me parece sensanto tratar de dirigir a la gente sobre lo que debería hacer o gustarle.

Igualmente, al contradecir su discurso, desdeñan con desagrado la mera idea de que muchas mujeres prefieran dedicar parte de su vida a los hijos, aún a costa de la pérdida de proyección profesional. Quizá las que lo hagan estén siguiendo su impulso animal. No digo que sea esa la razón, pero creo que no se puede descartar esa opción "porque no es la que debería ser".

Por supuesto, que todo tiene que ver con el concepto de LIBERTAD, y por tanto, cada hombre o mujer debe dejar aflorar libremente sus inclinaciones, independientemete de si algunos las consideran más propias del otro género, pero también, si otras personas las consideran "poco convenientes".

En resumen, creo que todo el mundo debe admitir su personalidad como una mezcla natural de condicionantes. Tanto genéticos como sociales, y tratar de saber cuál es la fórmula válidad para su propia vida.

En el fondo, dando indicaciones sobre qué debería gustar o interesar a las mujeres, me pregunto si no están creando un auténtico "fuego amigo" que añade presión a las mujeres a las que dicen defender.

Es que quizá esta clase de feministas han perdido la perspectiva de que en la vida, lo importante es intentar buscar la felicidad, y yo creo que si uno actúa acorde con su naturaleza, la que sea, es más fácil ser feliz.